domingo, 25 de agosto de 2013

El embalse de Ip

He tenido esto un poco abandonado últimamente, muchos cambios de unos meses atrás hacia aquí, pero aprovechando que he hecho la única ruta decente en meses ( y que mi vetusta cámara a "resucitado" para dar sus últimos coletazos ) voy a actualizar esto un poco.


El año pasado ya estuve por Canfranc un par de veces, a cual mejor, si bien por circunstancias me quedó algo pendiente: subir hasta el embalse de Ip, unas llamadas telefónicas bastaron para juntar un equipo de asalto, el menda, Ricard, Victor, Lorenzo y Peque.

Después de partir tempranito previa pernoctación en Villanua, empezamos subiendo por la que para mi es una de las subidas más duras y bonitas que he hecho, mucha gente no es capaz de apreciar o disfrutar de una subida, pero la suma de un impresionante sendero por el bosque plagado de zetas que son un reto, más unas vistas que van in crescendo conforme ganas altura ( y la ganas rápido ) hacen que la subida hasta fuente Elvira no sea un mero trámite para ganarte la bajada como son muchas otras y sea un disfrute para los sentidos.





Alguno de los pasos expuestos.

Con tanto esfuerzo como disfrute vamos ganando altura.









Fuente Elvira ya está cerca.







Una vez refrescados en fuente Elvira toca porteo, media horita con la bici en la chepa.




Edelweiss


Ya estamos arriba, bajamos hasta el carretón de Ip para coger la pista que lleva al embalse del mismo nombre.




Bajando hacia el carretón




Después de un tramo de pista llegamos al embalse, bonito pese a lo artificial del mismo.





Ahora empieza el descenso, discurre por un valle y es muy técnico y trabado, exige mucho físicamente, si bien va ganando en fluidez y velocidad.







Poco a poco nos adentramos en el bosque, un técnico sendero lleno de curvas y raíces nos recibe, si bien poco a poco se va convirtiendo en un ancho pedregal.


Ya estamos terminando, llegamos al coche y ya a caído la primera pirenaica del año, que ya había ganas, espero que sea la primera de muchas.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Donde nacen las naranjas

No, no me refiero a los naranjos, no van por ahí los tiros, hablo de Sierra Espuña, Parque Regional protegido ubicado en la Región de Murcia, en esa apartada Sierra tiene lugar un curioso hecho, allí se diseñan y prueban las bicis de la mítica firma británica "Orange", por carambolas del destino, Steve Wade, co-propietario y alma máter de la marca, lleva algunos lustros residiendo en un apartado pueblecito de la sierra dedicado a probar sus bicicletas a conciencia, idílico, verdad?, desde luego Steve se aleja bastante del estereotipo de hombre de negocios al frente de una compañía de fama mundial, detrás de ese calmado y sencillo inglés se esconde una autentico apasionado de la bicicleta que ha hecho de su pasión su forma de vida.


"Tito" Steve, foto: Vic Montesinos

Esa forma de ser y de pensar se destila en sus bicicletas, una Orange no será ni la bici más ligera, ni la más tecnológicamente avanzada, y hasta puede que no sean muy bonitas, aunque esto ya es algo más personal, pero tienen algo que las hace diferentes, su filosofía, en la que prima el disfrute por encima de todo, su proceso de fabricación artesanal, su robustez o sus grandes cualidades dinámicas, que aunque no lo parezca, las tienen, hacen las delicias de los fanáticos de la marca y les hace sentirse "especiales", no mucha gente puede decir que a montado con el diseñador y dueño de su marca de bicis o que han montado por los senderos en las que se han ideado.


Pues gracias a Steve y a Simón, Hipólito y Pitu, sus "colaboradores" en esto de probar las bicis, pudimos disfrutar de unos geniales días de de MTB por Sierra Espuña.


Nos juntamos un grupo de lo más variado, de muchos puntos del país, "Orange Party" llaman a estas KDD's, ya que si bien "aceptan" a bicis de otras marcas( y a sus propietarios ) la mayoría de los asistentes lo hacen a lomos de bicis hechas en Halifax, aunque a decir verdad esto no es más que otra excusa para juntarse con los amigos.

Mucho sendero, para arriba y para abajo es con lo que nos topamos, a eso le sumamos un firme resbaladizo en según que tramos, hay que irse con cuidado, a mí no me avisa nadie y no tardo ni dos minutos en "catar" el terreno de la primera bajada, por suerte sólo son unos arañazos, es un terreno abrupto, las subidas aunque duras, son muy disfrutables, todo sendero y cientos de curvas cerradas que te exigen un esfuerzo extra.




El primer día acaba y estamos todos enteros, que viendo los que somos y el terreno no es cosa fácil.

El segundo día nos dividimos, mientras algunos optan por un día de senderismo, otros optamos por más bicicleta, una vez más con Simón y Steve al frente, más sendero si cabe que el día anterior, y una subida, "La epidural", de la que me acordaré durante mucho tiempo.......una preciosa aunque durísima ascensión por un estrecho y pedregoso sendero plagado de curvas y tramos con muy poca tracción que practicamente no te da respiro.

Nos encaminamos a la bajada final del día, que es tarde y no nos queda mucha luz, el sol empieza a esconderse, Steve quiere que Ricard y yo vayamos delante en el primer tramo, a priori el más contundente, un empinado trecho de bajada lleno de grandes piedras y escalones, una vez superado este, Steve se vuelve a poner al frente de la manada y nos deleita con una magistral clase de pilotaje, la bajada es tirando a rápida pero a su vez con muchos escalones y pasos de "fe", suerte de tener a un buen guía delante (cómo pilota el inglés!), si no muchos de esos pasos no los hubiera abordado de la manera que lo hice.


Foto: Ignacio Orive

El tercer día nos alejamos de Espuña, vamos a hacer una ruta costera por Cabo Tiñoso, empezamos desde La Azohía, un pequeño poblado costero perteneciente a Cartagena, desde el nivel del mar vamos subiendo rápidamente hasta lo alto de los acantilados, luce un día precioso y las vistas son espectaculares.







Foto: Vic Montesinos





Después de un par de descensos, y sus respectivas subidas, llegamos al castillo de la Azohía, una antigua y espectacular fortificación militar ubicada en lo alto de los acantilados, incluso conserva alguno de sus antiguos cañones.







Por avería de su bici titular, Guifré pudo disfrutar de uno de los prototipos de Steve, por lo visto el chisme le gustó bastante.

Foto: Ricky


Sólo nos queda un descenso hasta la Azohía, el más prometedor del día, una trialera de las de verdad, de esas de salir por delante a la mínima, con algún apuro llego abajo entero, los demás igual, ya sólo queda disfrutar de una merecida paella a orillas del Mediterraneo.






Foto: Ricky


El último día también hay ruta, pero mis compañeros de viaje no están muy por la labor, así que muy a mi pesar emprendemos el largo camino de regreso a casa.

Han sido unos días esplendidos, nos han tratado de lujo (muchas gracias a Toñi por sus exquisiteces culinarias) y hemos tenido unos anfitriones y una compañía inmejorable.

Ha sido toda una experiencia rodar por Sierra Espuña, donde nacen las naranjas.

sábado, 20 de octubre de 2012

Asturias Castrona vol.2

 
Se acerca el puente del Pilar, lo que significa que ya está cerca la hora de subir a Asturias a visitar a los amigos Castrones, ya son dos años seguidos, y espero que se convierta en una agradable tradición anual, siempre es un placer acercarse a esa hermosa tierra y visitar a los amigos (y "jartarse" de comer), viven bastante lejos y no tenemos muchas oportunidades de coincidir, así que está visita era "obligada".

Los Catalinos eramos cuatro (Carol, Ricard, Guifré y el menda), así que nos lo montamos para subir todos juntos, hay que raspar euros de donde sea, que la gasofa va más cara que el vino y los peajes cuestan lo que una entrada de cine......, de camino se suceden los kilómetros y las risas, sufrimos la incomoda compañía de la Guardia Civil, que nos invita gentilmente a firmarles un "papelito", ya llevamos muchas horas de viaje, pero unas curvas y lluvia después llegamos al c.n.o.(centro neurálgico de operaciones), Felechosa, un pueblo perdido de la mano de dios, no sale ni en el GPS, como no me he molestado en informarme antes de salir de casa, no tengo ni idea de en que zona de Asturias estamos, aunque más tarde me dicen que estamos en plena cuenca minera.

Somos lo primeros asistentes de la KDD en llegar, realmente la KDD es sábado-domingo, pero como venimos del quinto pino aparecemos aquí el día antes y así ruteamos un día más, esto está muy lejos y hay que aprovechar, estamos instalados en unos apartamentos/bungalows rodeados de prados, vacas y un río, perfecto.


 

Llevamos poco tiempo por allí cuando nos vamos a cenar a el Parador, nuestro sitio de cena concertado, somos deportistas de élite y tenemos que alimentarnos bien, pero no solo de barritas y aquarius vive el atleta, nos reunimos con nuestros anfitriones y desde Castellón llegan Lulú y Fenano, para no variar se han perdido, pero ya están aquí, Jose también aparece desde Bilbao, y como decía más atrás, hemos venido a hacer deporte, pero tenemos que ingerir calorías para lo que nos espera en días venideros, la cena que nos metemos entre pecho y espalda no tiene precio, parrillada de carne de la tierra, exquisita, y en cantidades industriales, se hace tarde y el cansancio del largo viaje se hace notar, nos vamos a la cama, no sin antes tomar un sorbo del tónico de endrinas de rigor, hasta mañana.


Amanece y el día no pinta bien, el cielo está muy gris, cargamos las bicis y nos dirigimos a otro pueblo, esta será la única ruta que hagamos que no salga de Felechosa, como de camino llueve en cantidad, optamos por posponer el inicio de la ruta, tampoco hay prisa, al final nos decidimos a iniciar la ruta, ya no llueve, pero no tenemos claro si lo hará más tarde, lo que si tenemos clarísimo es que vamos a pillar barro en cantidad y que las bajadas estarán "interesantes".



Foto: Lorenzo Zayas


Afrontamos unas rampas de aupa, aquí todo es así, y ya en las primeras bajadas descubrimos las bondades del barro Asturiano, que difícil que es esto! a la que te descuides pillas cacho, por no hablar que enseguida vamos de barro asta los ojos, pero hay que dar el callo.


Foto: Lorenzo Zayas



Foto: Lorenzo Zayas



Foto: Emilio Ruiz


Foto: Emilio Ruiz



El primer día (más bien la primera ruta) se acaba, estamos sanos y salvos, no se puede pedir más después de los delirantes momentos vividos en el bosque, al más puro estilo "humor amarillo", antes de volver a Felechosa pasamos por la taberna del lugar, hay que hidratarse, y entre birra y birra caen unas tortitas Asturianas( no recuerdo el nombre), algo así como crepes, con mermelada y nata, no está mal la merienda, aunque no me perdonaré el no haber pedido un bocadillo de carne guisada con huevo frito como alguno de mis compañeros.

Antes de regresar a Felechosa queremos tomar una copa en un selecto club de la cuenca, pero desgraciadamente está cerrado.




Una vez aseados, ya en Felechosa, volvemos al Parador para cenar, si lo del día anterior estaba de rechupete, lo de hoy no lo es menos, arroz caldoso para empezar:



Foto: Niko Garcia


Esto no puede ser sano, nos vamos a la cama más llenos que el día anterior, que el arroz no venía sólo y hubo que hacer hueco a lo que vino después, día 1 finalizado.


Ahora sí, amanece un día espectacular, la de hoy se promete como la gran ruta del fin de semana y el tiempo acompaña, somos mucha gente, al resto de Castrones y asistentes a la KDD que estaban por llegar se unen varios más de otro club, "Xente las Kuenkes" si no recuerdo mal.

Empezamos pisteando suavemente para poco después salir a una carretera, desde allí nos dirigimos a las Foces del río Pino, un bonito y estrecho barranco que "atacamos" por la carretera que lo atraviesa.




Foto: Jose R. Rubio


Poco después quedan atrás los últimos pueblos y sus inclinadísimas rampas, ahora ya es pista hasta que empecemos el descenso de las Foces.



Foto: Emilio Ruiz


Foto: Lorenzo Zayas


Foto: Jose R. Rubio

Ya estamos a puntito de empezar a bajar, no si antes atacar las empanadas rellenas que hemos comprado esta mañana.






Foto: Emilio Ruiz


Foto: Lorenzo Zayas


Y empezamos la que para mi sería de las bajadas más difíciles a las que me he enfrentado, no es muy empinada, ni muy complicada a priori, pero las piedras de la que mayormente está formada, están recubiertas de un "verdín" o como los lugareños dicen, de "Fairy o Mistol", eso combinado con la humedad de las lluvias de los días previos lo complica más si cabe, las piedras son extremadamente resbaladizas, es más, es pensar nada más que en los frenos y parece que las piedras lo saben y te hacen patinar, increíble, con mucha penuria (al menos yo) bajamos la mitad de las Foces, la otra mitad no la haremos, desde allí tenemos un duro portero de 45-60 minutos asta la bajada final de la ruta.



Foto: Emilio Ruiz



Foto: Lorenzo Zayas



Foto: Emilio Ruiz



Foto: Emilio Ruiz




Empezamos el porteo, tenemos un buen rato.....



Foto: Lorenzo Zayas





El porteo llega a su fin, allí arriba el paisaje es espectacular:









Foto: Jose R. Rubio


Aquí nos relajamos contemplando el paisaje que nos rodea, también damos cuenta del último trozo de empanada, ante nosotros sólo hay una bajada hasta Felechosa, se acabó el subir y empieza el gozar, como una estampida de ñus tiramos para abajo, al principio vamos pegados a una vertical pared de roca para después girar a la derecha y alejarnos de ella.



Estilismo cuestionable, foto: Lorenzo Zayas


Vamos por un sendero a cielo abierto, pero no mucho después volvemos al bosque, y que bosque......., menudo sendero de bajada, curvas y más curvas, todas ellas precedidas de tramos de fuerte desnivel que hacen que pongas a prueba los frenos, aquí empieza a oler a ferodo quemado, la rueda trasera va continuamente bloqueada y derrapando y hay que procurar que la bici vaya a donde debe, no a donde quiere, a todo esto se suman raíces mojadas, hojas ocultando piedras y pasos imposibles.



Foto: Lorenzo Zayas



Foto: Lorenzo Zayas




Poco a poco vamos reagrupando abajo, es divertido ver las caras de los que van llegando, menudo bajadón!
 
 
Fantástica jornada la vivida, ahora toca la monótona rutina Asturiana, Aquarius de cebada en grandes cantidades mientras esperamos que llegue la hora de cenar, nuestro pan de cada día, y después de un nuevo homenaje gastronómico en el Parador, nos vamos a la cama, mañana es el último día y hay que estar en condiciones.
 
 
Y llegó el día final, una extraña mezcla de curiosidad por lo que nos espera y tristeza porque de aquí a unas horas volveremos a casa nos embarga, hoy el día pinta funesto, no llueve, pero lo ha hecho por la noche, por lo que nuevamente encontraremos las piedras "lubricadas", y el cielo está muy gris, cargamos las bicis en los coches, hoy terminamos de nuevo en Felechosa, pero empezamos un pelín lejos, subimos gran parte del puerto de pajares en coche, el plan de hoy es otra ruta piramidal, un pequeño porteo para bajar por el bosque de Gumial, la esperanza de buen tiempo se manifiesta timidamente en forma de finos rayos de sol............, que poco durarían.
 
 
Foto: Jose R. Rubio
 
Poco después el tiempo cambia, a peor, empieza a llover timidamente, nos calzamos los chubasqueros, alguien sugiere "retirada", que es dejarse caer y estamos en los coches, pero de eso nada, hemos venido a bajar por Gumial y bajaremos aunque sea calados asta los huesos, pronto empieza a caer agua a cubos.
 
 
Foto: Emilio Ruiz
 
Llueve mucho, y sopla viento, ya no queda mucho de subir, pero ya estamos deseando bajar, por fin llegamos arriba, nos preparamos para bajar los más rápido posible, bajando hay que ir con cuidado, no hay un sendero claro que seguir por el bosque, y a eso le sumamos la presencia de la niebla, quien da más?
 
 
Foto: Emilio Ruiz
 
 
Foto: Emilio Ruiz
 
Después de unos momentos de duda en lo que al camino correcto se refiere, damos con el bosque de Gumial, el mágico bosque de Gumial, impresionante explosión de verdor cuando te adentras en el, un bosque de cuento.
 
 
Foto: Lorenzo Zayas


El descenso por el bosque es "diferente", a diferencia de nuestros anfitriones, la gente como yo no está acostumbrada a lo de bajar con lluvia o barro, por nuestra tierra no los catamos demasiado, así que al principio vas muy tenso y precavido, pero cuando ya llevas tres días en esas resbaladizas condiciones le acabas pillando el truco y se hace de lo más divertido bajar así.




Foto: Emilio Ruiz

 
 
Rocas resbaladizas, zetas repletas de barro, tramos de velocidad absurda en los que más te vale olvidarte de acariciar el freno ( recuerda, las rocas con "jabón" siguen ahí ), todo se sucede muy rápido, que disfrute!, pero tristemente se termina, sólo nos queda volver a los apartamentos, estamos empapados y ya hay ganas de visitar la ducha.
 
 
Antes de volver a casa nos toca nuevo homenaje en el Parador, para hoy hay el plato estrella de la tierra, la fabada asturiana, y después de dar buena cuenta de ella nos preparamos para volver a casa, solo nos queda despedirnos de los Castrones, geniales bikers pero mejores personas y anfitriones, GRACIAS!
 
 
Y aunque pinte lejano el día en estos momentos, ya queda menos para volver a Asturias, ya queda menos para volver a disfrutar de su maravillosa tierra y de su maravillosa gente.